Un él en busca de un dónde.
Como llegué me voy, al menos por el momento. Es hora de volver a leer como es debido (en la manera que entiendo tal mandato); de ver unas cuantas películas y series que tengo pendientes; de mirar la vida y contármela en secreto en una discreta libreta. Siento que ya no tengo mucho más que decir, y que cuando lo he hecho no ha sido como a mi me habría gustado. Soy un crítico feroz con todo lo que hago, ¿pero quién no lo es? Abro el armario para cubrir mi desnudez lentamente, sin prisas, con delicadeza. No es un adiós, sólo un hasta luego.