El parquímetro democrático.

Entre todas las noticias que ha generado el antes, el durante y el después el debate entre los dos únicos (increíble este detalle, por cierto) candidatos con posibilidades reales a ganar la plaza de Moncloa no dejo de asombrarme por una que he leído en La Vanguardia y que hace referencia al mosqueo por los chicos de la prensa que acudieron al Palacio de Congresos, donde se celebró tan ilustre momento para nuestra democracia, por tener que pagar la plaza de aparcamiento que ocuparon mientras llevaban a cabo sus menesteres. No puedo dejar de pensar que esos informadores (en su vertiente técnica o informativa) creen que han de tener pase gratuito en los garajes cercanos a los lugares donde habrán de desempeñar su trabajo y es que yo al igual que la mayoría de los españoles tengo que abonar lo que el cobrador me pida por acceder a un aparcamiento de estas características. Se quejan que la organización del evento les derivaba con sus coches a tal lugar sin darles opción de acudir en transporte público u otros medios, lo que me lleva a la conclusión de que normalmente van de gañote a estos saraos.

Cuando he empezado a escribir creía que este tema me iba a dar de si lo suficiente para una entrada pero ahora os confieso que no tengo nada más que decir sobre el tema del aparcamiento salvo que estoy con la conciencia tranquila tras mi ataque a la profesión ya que sus empresas con (casi) total seguridad les abonará tal recibo, no sufran por esos plumillas y técnicos de sonido, o lo que sea.

Pero como el Pisuerga pasa por Valladolid ya me paro un instante en el debate en sí. Hay que reconocerle el valor a Alfredo Pérez Rubalcaba por aceptar la designación de su partido para ser el candidato, eso es innegable, y es que imagino las reuniones de campaña en las que sus asesores (y él mismo) apostaban fuerte por el encuentro televisado con Mariano Rajoy y sus ciento setenta escaños, CIS mediante. Viendo el debate uno diría que Rubalcaba ya va pensando más en como llevar la oposición que en darle la vuelta al marcador en un partido que se parece más al Real Madrid-Osasuna (7-1) que al Athletic-Barcelona (2-2, los futboleros me entenderán). ¿Error? no lo se, pero de lo que si estoy seguro es que quien subestime a Alfredo P. Rubalcaba como líder de la oposición tiene un grave problema a cuatro años vista.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jodido

Consecuentes

El trabajo más hermoso del mundo