Necesario Busfield.
Hay actores que logran hacerse un hueco en nuestro imaginario gracias a un una placa de agente del Tesoro y un grupito de colegas intocables; otros siendo desmembrados tras tocar los huevos más de lo deseable al Imperio Británico; otros que se lo ganan calándose un Fedora y armándose con un látigo y otros que lo consiguen a base de estar, simplemente permanecer. Timothy Busfield es de los últimos. Recuerdo como muy a finales de los ochenta este tipo interpretaba a un tal Elliot en una serie que marcó (por lo visto) a una generación ( “Treinta y tantos” (1987-1991) ; yo poco recuerdo de la serie salvo que salia el tan Busfield, que se llamaba Elliot y que era pelirrojo. Se ve que tenía buen agente, porque consiguió que le colaran en el reparto de una de las películas más recordadas por muchos de los nacidos a finales de los setenta, “Campo de sueños” (1989). En ella interpretaba al cuñado tocapeotas de Kevin Costner que se empeñaba en hacer ver a Amy Madigan, su hija y el héroe por a