Bajo la sábana.

Cuando uno escribe de si mismo corre el peligro de exagerar anécdotas nimias y empequeñecer otras importantes. Escribir sobre si para que los demás lo lean afecta el modo en que plasmamos en palabras recuerdos y vivencias que para nuestro foro interno fueron de un modo que deseamos expresar de otro.

Yo no soy menos y quien me conoce sabe, por ejemplo, de mi tendencia al pesimismo más catastrófico ante unos huevos fritos que no han salido bien y de mis bromas e ironía ante la bomba atómica.

Leyendo el párrafo anterior uno que no me conozca de nada podría pensar en lo rebuscado que es el tío para, simplemente, decir que me río de los grandes problemas para enterrar la cabeza en los sencillos. Rebuscado, otra característica que para algunos será interesante, para otros innecesaria y para la mayoría intrascendente.

Quien me conoce puede sorprenderse de algunas cosas que voy poniendo por aquí y no faltará quien piense, y no diga, que para tanto no es, que no hay confesiones insólitas que vayan a colmar de cuchicheos los encuentros de amigos a mi paso.

Ojalá me lea alguien que no me conozca, y en un momento de nuestras vidas cruzarnos y que se sorprenda (o no) al comprobar que el tipo que anda detrás de esto es algo mejor que lo que transmite en sus frases rebuscadas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jodido

El trabajo más hermoso del mundo

Consecuentes