"Contagio", en fondo y forma.

*Advertencia: se desvelan algunos aspectos de la película que se analiza, si bien no son fundamentales en la trama principal y el desarrollo de la misma.


El fondo. “Nada se expande como el miedo” es la frase que acompaña al título, Contagio, en los carteles, tráilers y anuncios de televisión y no hay mejor eslogan que resuma lo que, en esencia, es esta película dirigida por Steven Soderberg y que actualmente esta en cartelera.
Tras el regreso de una ejecutiva (Gwyneth Paltrow) a Minnesota desde Hong Kong, con escala en Chicago, se inicia una epidemia que termina con la vida de veintiséis millones de personas alrededor de todo el mundo, este es el comienzo de una historia que va más allá del hecho mismo del contagio ya que lo que pretende Soderberg es retratar a una sociedad en una situació límite donde el ser humano se muestra tal y como es, cuando volvemos al origen en el que todo es utilizable por el bien de la supervivencia individual, o en el caso del personaje de Matt Damon también por la de su hija (tras haber perdido a su esposa e hijastro). Las calles desoladas, los secuestros para priorizar la llegada de la vacuna, los tejemanejes de un periodista freelance y sin escrúpulos que no duda en utilizar su recién estrenada influencia en la blogosfera para generar miedo en los que leen su bitácora en pos del beneficio propio, todo ello forma parte de una epidemia que se origina en el extraño cruce entre un murciélago y un cerdo en Hong Kong y que termina por poner patas arriba el mundo conocido. Los esfuerzos de la OMS, de las agencias epidemiológicas, los gobiernos estatales y federales, el voluntariado, el ejército, las empresas farmacéuticas no siempre van de la mano, pero si bien al final se encuentra una vacuna contra una enfermedad que tiene un 20% de mortandad ante lo que parece que no encontraremos cura es al miedo, prejuicios, burocracia, desniveles sociales y desigualdades globales.

La forma. Si en el fondo nada que objetar en la forma aún menos. Un thriller maravillosamente construido con un guión ajustado de Scott Z. Burns, unas interpretaciones muy profesionales (con mención especial a los casi siempre geniales Laurence Fishburne, Matt Damon y Kate Winslet) y un score compuesto por Cliff Martínez que nos lleva en algunos momentos a las mejores piezas minimalistico-metálicas de los ochenta. El estilo narrativo de Soderberg, me consta, tiene detractores y defensores en una igualdad en la que no hay lugar al término medio: o estás con él o no. Para algunos es un gafapasta con pretensiones comerciales, para otros un director comercial con pretensiones artistoides, para mi es la mezcla perfecta de las dos cosas. Es incuestionable el ritmo que sabe imprimir a sus películas, el uso de la música como parte preferente de la acción y no como mero complemento narrativo más una visión de conjunto en sus películas en las que nada queda al azar. No es un director que nos quiera dar todo masticado pero tampoco duda en ofrecernos un camino por el que transitar hasta un desenlace que aunque puede intuirse o dejarse entrever tiene una ejecución eficaz.

Contagio es, a mi juicio, una interesante propuesta en su fondo y forma, donde Soderberg nos vuelve a dar muestra de que es uno de los directores más estimulantes cuando le da la real gana.

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