Al fondo a la derecha.

Michelle Bachmann quiere ser presidente/a de los Estados Unidos. Es republicana, está casada y tiene cincuenta y cinco años. Es congresista por un distrito de Minnesota desde 2006 y se considera antiabortista, creacionista y evangélica practicante (en su vida familiar, social y política), su marido es psiquiatra y tiene una clínica donde, entre otras cosas, dice curar la homosexualidad.

Para llegar a ser comandante en jefe de los Estados Unidos antes deberá ganar las primarias de su partido, pero ya ha dado un paso al lograr la victoria en Iwoa. Todavía le queda un largo camino hasta lograrlo. Pero todos aquellos que se encuentran en el ala más a la derecha del Partido Republicano, es decir el Tea Party, la tienen (por el momento) como favorita. Imagino que a falta de algo más ultraderechista.

Nunca he estado en aquel país, pero lo que si tengo claro es que todo lo que pase por allí repercute al resto del mundo de forma clara. Hay que tener en cuenta que esta mujer votó en contra de la ampliación del techo de gasto, con lo que de haber ganado su postura EE.UU habría entrado en suspensión de pagos cual Nueva Rumasa.

De todas sus posturas ante la vida, la muerte y el modo en que vive y le gustaría que el resto del país lo hiciera hay algo que me llama la atención poderosamente, mas allá de su antiabortismo o su homofobia (considera a los gais enfermos), que es la defensa en el creacionismo, una corriente que pretende enseñar en las escuelas que el hombre desciende de Adan y Eva y que Darwing solo era un científico loco, al estilo Galileo.

Imagino que si esta mujer gana las primarias y luego las elecciones no tendrá sonrojo en crear una nueva agencia gubernamental a instancias de Dios que apoye a la CIA, ASN y FBI: la Santa Inquisición.

Barack Obama no se si es el mejor presidente posible para los EE.UU, pero lo que si tengo claro es que duermo más tranquilo sabiendo que el tiene el poder sobre el botón nuclear y no Michelle Bachmann.

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