Los chicos de la prensa (y II).

Si el periodismo es conocer la calle, la gente que la puebla y los tugurios donde ver al Inter de Milán o a los Mets de N.Y. no creo que haya mejor exponente que Enric González. En la actualidad es el corresponsal de El País en Israel (u Oriente Medio, según el caso) y aparte de vomitar crónicas de lo sucedido en aquellos lares de vez en cuando nos deleita con unos libritos (diminutivo por tamaño físico no por su extraordinario valor literario-periodístico) que nos descubre, no ya las ciudades de sus títulos, sino países enteros y los que los pueblan: “Historias de Nueva York”; “Historias de Londres”; “Historias de Roma” e “Historias del calcio”. En los últimos años con pocas cosas he disfrutado más que con la lectura de estas guías de viaje a la psique de los personajes (reales) que pueblan sus páginas.

Si a González le admira gente como Santiago Segurola, Carlos Boyero, Antonio Gasset o Iñaki Gabilondo es que algo hay por ahí, y cuando empiezas a leer, con un marcado y ejemplar sentido del humor, sus vivencias en aquellas ciudades lo único que te queda es preguntarte si el lenguaje que utilizas a diario es el mismo que el de este tipo al que le cuesta la misma vida escribir una crónica por ser un vago auto-proclamado.

He estado dos veces en Londres y puedo asegurar que, después de leer su libro sobre la capital del ex-imperio, no he estado allí, que mi viaje a los lugares comunes no hizo más que agrandar mi ignorancia pero que gracias a un editor pesado he logrado redimirme y sentirme algo mejor (que no significa más listo).

En estos artículos sobre periodistas a los que admiro, envidio y disfruto no podía dejar de hablar de mi referente en prensa impresa. No hay espacio para nadie más, Enric González y sus libros, sus crónicas desde Oriente Medio, sus artículos a pachas con Boyero durante unos meses,...Imprescindible!

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